lunes, 10 de noviembre de 2008

Un medio poco mediático

Hay veces que no deja de llamarme la atención, y esas veces que insiste la atiendo y digo:
- Hola ¿Quien habla?
- La Atención – contesta una señorita pituca del otro lado.
Y se arman unas charlas a veces más a veces menos interesantes. Ayer por la tarde estaba al pedo en casa tirado haciendo un zapping mas autista que de costumbre y sonó el teléfono. Era La Atención. Me planteó una cosa que me quedó dando vueltas en la cabeza. Ella no entendía cómo funcionaba el sistema de los mensajes debajo de la camiseta de fútbol y quería mi explicación para desasnarse una vez más. Yo seguro de mi mismo y siempre muy canchero frente a una interlocutora joven e inquieta le dije:
- Es simple, antes de jugar un partido, que debe ser televisado, escribís en la remera un mensaje que le querés dar a un ser querido (o odiado) y cuando haces el gol te paras frente a la cámara, te levantas la camiseta del club y dejas a la vista del publico el mensaje. Listo, así de simple. A lo sumo te comes una tarjeta amarilla y al otro día salís en todos los diarios y noticieros con el mensaje en el pecho.
- Si, pero...
- Los mensajes son variados – interrumpo acelerando – tenés mensajes clásicos del estilo: “Feliz cumple papá”, “Feliz día Vieja”, y tenés mensajes menos clishe y mas profundos como el de Roman Riquelme el otro domingo en homenaje al difunto presidente de Boca. Por ahora no se dieron mensajes de chivos a marcas, pero no debe faltar mucho para que esto suceda.
- Sí, pero...¿Y si no hace un gol el que tiene el mensaje para dar? – me pregunta La Atención con una inocencia violenta y desconcertante.
- No hay mensaje – digo no muy seguro.
- ... – silencio del otro lado del teléfono.
- No es tan grave – digo un poco más seguro – no pasas el mensaje o te la volvés a poner al otro domingo y subís en todos los corners...
- Vos me decís que el día de la madre los 11 jugadores tienen abajo de la camiseta la leyenda: “Feliz día vieja”, y solo el que hace el gol es el buen hijo y los otros son menos buenos hijos.
- Bueno, no es tan así...
- Imaginate – me interrumpe ella a mí y acelera – Imaginate si el partido termina cero a cero, son todos unos malos hijos...
- Bueno, me imagino que llamaran después por teléfono a la vieja o le compraran una caja de bombones, o...
- ¿Y si hace el gol uno que esta peleado con la vieja? y cuando se levanta la remera abajo dice: Me gustan las albondigas con arroz. Sería medio bizarro.
- No es común, pero...
- Y si uno que hace un gol en offside o con la mano tiene un mensaje del estilo: No a las papeleras. ¿No sería contradictorio?
- Hace años de Botnia y nunca se vio ese mensaje...
- Porque tal vez los jugadores comprometidos son pataduras o juegan en la defensa y no quieren la exposición egocéntrica de un delantero, y esos mensajes están ahí esperando ser descubiertos sin suerte.
- Yo soy menos idealista y creo que a los jugadores solo les importa los autos, las modelos, la familia y que se les de el pase cuanto antes a algún lugar que los salve aunque sea Burundanga si el Burundanga FC paga bien.
- Sigue sin cerrarme esto de las camiseta, de cada mensaje que se ve quedan mas de 20 sin verse, y peor si se es suplente, ¿Te pones remera con mensaje? Debe ser deprimente tener un mensaje importante que dar y ni siquiera entras a la cancha.
Y así siguió la charla un rato más hasta que La Atención se cansó, me saludo y cortó.
La verdad que el tema me siguió dando vueltas y hoy llamé a un amigo que jugó en la primera de Los Andes y lo consulté por el tema.
El pantera me dijo lo siguiente: “La verdad que es un tema muy jodido del que no se habla mucho. Yo estuve todo el apertura 94 queriendo proponerle matrimonio a mi novia por este medio y no moje ni una vez. Las últimas fechas subía todos los corners aunque fueramos ganando 1-0 sobre la hora, y una vez discutí con el Pitufo Gomez para que me dejara patear el penal, me sacó cagando y casi nos vamos a las manos en el medio del partido, un papelón. Al final me la cagó el arquero de la reserva. Fue un bajón que me duró mucho tiempo. Pero el caso mas feo fue el del Polillita, no te digo el apellido para no botonearlo, pero fue terrible lo que le pasó. Esto me lo contó muchos años después, eramos amigos, hasta ese día, después no nos vimos más. El Polillita tuvo tres años y ocho meses una remera abajo de la camiseta de Los Andes, nunca nadie había visto el mensaje y nunca nadie lo pudo ver. Todos los partidos de espalda a los demas se cambiaba y se ponía su camiseta con el mensaje escrito abajo. Nadie lo notaba porque cada uno estaba en la suya, pero él reglamentariamente se la ponía. Durante ese tiempo no hubo caso, no había forma que moje, un par de tiros en los palos, ¡un penal atajado!, nada, la pelota no entraba. Todos los sábados y una temporada los domingos, se la ponía y salía con el pecho inflado a la cancha. El Polillita era una bestia, un carnicero, jugaba de 5 y era impasable, le decían así porque roia todo lo que tenía cerca, pero en el fondo tenía un secreto guardado que quería contar a voces y gritarlo a los 4 vientos, o a las cuatro cámaras mejor dicho, y no podía. Se retiró el 5 de diciembre del 2002 cuando perdimos un reducido y no le renovaron contrato a casi nadie. Nunca salió el mensaje a la luz, nunca confesó su secreto”. El pantera me dijo el secreto y la verdad que hubiera sido un bombazo. Nunca en la historia del fútbol un futbolista se levanto orgulloso la casaca de su club y con tanta honestidad mostró al mundo lo que tenía que decir. Y dudo que alguna vez pase.