viernes, 12 de diciembre de 2008

Vampiros Energéticos

Las crisis. La de tu familia, la de tu trabajo, la de tu pareja, la de tus hijos, la de tu ciudad, la de tu país, siempre fueron una excelente excusa para que los vampiros energéticos te muerdan la jugular y te succionen la energía que honorablemente generaste. Ahora, en un mundo en crisis estos seres detestables están invadiendo cada rincón del planeta y vinieron por todo. Están convencidos que esta es la batalla final, el Judgment day y que no la van a dejar pasar. Invadieron los medios, las calles, las oficinas, están por todos lados, no nos dan respiro, a comprarse riestras de ajo y crucifijos santos (eso me cuesta mas...), por que en cada esquina te atacan.

Hoy entré a la oficina y el conde Drácula de los chupaenergía me encaró y me dijo:

- ¿Te enteraste de la última?
- No – dije haciendo los cuernitos con la mano que tenía en el bolsillo.
- Parece que van a rajar más gente – dijo con cara dramática.
- Mira vos – digo tratando de avanzar hacia mi escritorio y terminar la charla cuanto antes.
- Y parece que es gente de tu sector – Me dice poniéndome su mastodónico y deforme cuerpo delante para impedirme la escapatoria.
- Sabes qué, a esta altura me chupa un huevo lo que pase – digo tocándome el huevo izquierdo y aguantando los embistes.
- ¿Pero vos no estabas pensando en irte a la India de vacaciones?
- Si, ¿Y? – empiezo a odiar a la bestia y me empiezo a sentir cansado.
- Que es un momento medio raro para un viaje así, pero por suerte ya pagaste el pasaje ¿no? – me dice con carita de perro sarnoso preocupado.
- Si, por suerte ya pague – Me da una puntada en la cabeza, en la sien derecha.
- De ultima, si nos rajan te haces budista y te quedas allá viviendo una vida mas relajada ¿no? – me dice como queriendo hacerse el gracioso y intenta una sonrisa que muestra sus dientes chuecos y medio amarillentos del mate y el pucho.
- Si, Ja, Ja, es verdad, me rapo y me hago budista – se me nubla la vista e intento caerle simpático para que me deje una gota de energía en mi castigado cuerpo.
- Che, pero que garrón lo de los atentados, ¿vos vas ahí? – Me dice solemne. Es el límite que tolero.
- ¿Me estas cargando? – digo serio al borde del desmayo energético.
- ¿Por? – Pone cara de oveja esquilada confundida y medio avergonzada.
- Loco, me decis que quizás me rajen y ahora que tal vez me explote una bomba en la cabeza, en serio, ¿me estas cargando? – Digo recuperando algo de la energía robada.
- Para loco, ¿que te pasa?, yo de onda me preocupo por tus cosas y vos saltas para el carajo, son un jodido – Me dice la vaca con viruela ofendida.
- ¿Y qué querés?, me tirás todas pálidas – Digo esperando la campana para salir a un nuevo round casi knock out.
- Yo no tengo la culpa que el mundo se caiga a pedazos – dice cocorito muy cerca de mi cara e impregnándome su aliento a búfalo viejo en mi nariz.
- Nadie tiene la culpa – digo dando un paso atrás, ahora la puntada es en la sien izquierda – Nadie tiene la culpa – repito como un idiota somnoliento.
- Yo por eso ahorro siempre y no me expongo a estas contingencias.
- Porque son un tipo precavido – digo, y pienso: “porque sos un tipo aburrido, conchudo y espástico”.
- ¿Te conté que le encontraron un tumor a mi papá?
- .... – Me toco de nuevo el huevo izquierdo, me duele la cabeza, se me nubla la vista y estoy mareado, el Conde ya me esta liquidando, hoy me liquida.
- Pero parece que es benigno – dice mirando el horizonte cual cabra fea no cogida en celo.
- Que suerte. Tengo que hacer un informe eterno, me voy a mi ofi – y tambaleando lo corro con la mano y a duras penas llego a mi escritorio, necesito dormir, necesito, salir de acá, me muero...

Los vampiros energéticos son unos seres de mierda que alimentan su alma de las desgracias, las propias y las ajenas. Esas desgracias se las tiran en la cara a todos los boludos como yo que somos correctos y les ponemos el oído, y cuando nos queremos dar cuenta nos chuparon hasta la ultima gota de energía que teníamos. Los odio, odienlos ustedes también. En su falso interés por el problema, en su falsa compasión, en su falsa preocupación, hay un monstruo dispuesto a destruirnos.
Sean ordinarios, ignórenlos, y cuando un puto vampiro los encare, agarren el celular disquen cualquier numero y hablen, con quien sea, hablen con la persona mas irrelevante del mundo, pero no se expongan a estas bestias infames. Tenemos que ganar la batalla.
Todavía me duele la cabeza...